LIMPIEZA Y CIERRES DE
PROTECCIÓN.
Este es el procedimiento para limpiar instantáneamente la energía o
el aura de una persona o de un objeto y al mismo tiempo protegerlo y
resguardarlo de agresiones externas que amenacen con destruirlos.

El hombre actual es un ser divino, sumergido en un sueño profundo,
desconoce casi por completo todo lo que puede hacer, tiene adormecidos sus
sentidos internos e inactivas y deformadas sus fuentes principales de energía
psíquica, física y astral. En estas condiciones es imposible captar visual,
auditiva o sensorialmente un fenómeno supranormal, por llamarlo de algún modo.

Cuando se logre tal estado de conciencia y sensibilidad, entonces
se podrán ver claramente el aura, el efecto del cierre de protección, las
energías que viajan por el astral, las formas que adoptan las palabras y los
sonidos en esta y otras dimensiones; también se ampliará nuestro campo de
experiencia directa, veremos otros aspectos de los seres y de las cosas, antes
desconocidos para nosotros, descubriremos nuevos colores y sensaciones y
seremos conscientes de la presencia del Cristo interno en todas las criaturas
que conviven con nosotros.
¿Por qué debemos proteger a los que viven con nosotros, al recinto
donde vivimos y a nosotros mismos?

Aunque no se tenga el suficiente desarrollo para visualizar el
efecto del cierre de protección, éste crea una fuerza protectora que circunda
el aura exterior de las personas y los recintos, evitando de esta forma la
adhesión de larvas astrales, corrientes negativas y demás fluidos ya
mencionados.
CIERRES.
Las manos son receptoras y transmisoras de energías. Desde todos
los extremos de su superficie se recogen y emiten corrientes energéticas
continuamente...
El hombre siempre ha sido consciente de esta propiedad natural. Es
por eso que a lo largo de la historia los grandes guías espirituales han
utilizado la posición de sus manos y, de cierta forma, han canalizado su fuerza
creadora para impartir y ordenar el mensaje divulgado.
Las manos, por tanto, también se utilizan como elementos
indispensables de energía, no sólo emiten sino que también marcan y señalan en
otras dimensiones figuras trazadas a partir de su movimiento.
Los cierres de protección, se hacen generalmente con las manos,
valiéndose de la expulsión
energética de fuerza que se presenta a nivel de los
dedos, así:
Despiden energías concentrada en línea recta, en la misma dirección
de los dedos.
Dedo pulgar:
Despide energía en forma de ondas en la misma dirección de la
curvatura propia de su extremo.
Dedos anular y meñique:
Recogen energía y la ciclan de la misma manera como lo hace una
aspiradora.
Las diferentes posiciones de las manos o mudras predisponen el aura
para el momento del cierre de protección. Esto sumado a una concentración
apropiada, asegura el éxito de esta práctica que no dura mas de 30 segundos
pero que es importantísima para la defensa y la supervivencia..
Muy buena información, pero no me queda claro cuando inicia, como transcurre y termina el ciclo...
ResponderEliminarPrueba Guille! prueba! allí esta la respuesta :) abrazo!
Eliminar¡Guau! ¡Menudo cosquilleo en los dedos!
ResponderEliminar