Los cerebros de los
músicos se sincronizan unos con otros al interpretar piezas conjuntas
Científicos
alemanes constatan la existencia de una red intercerebral que emerge de la
coordinación, también en otras actividades
Cuando los músicos ejecutan una pieza musical con
otros músicos, la actividad de sus ondas cerebrales se sincroniza, ha
demostrado un estudio realizado por investigadores del Instituto Max Planck de
Alemania. Según los científicos, la coordinación musical haría emerger pequeñas
redes en los cerebros y entre los cerebros, que posibilitarían la alineación
temporal de acciones. Un fenómeno similar había sido detectado ya en 2010, en
este caso durante la interacción social. Por Marta Lorenzo.
Cualquiera
que haya tocado alguna vez en un grupo musical o en una orquesta estará
familiarizado con el fenómeno: cuando se interpreta una pieza de manera
conjunta, el impulso de las acciones propias no proviene solo de nuestra mente,
sino que además parece controlado por la actividad coordinada del grupo.
Científicos
del Instituto
Max Planck de Berlín (en Alemania) han demostrado que esto tiene un
origen cerebral: cuando se interpreta una pieza musical en grupo emerge una
interconexión entre las redes neuronales de los intérpretes, informa dicho
Instituto en un comunicado.
Para
analizar el fenómeno, los investigadores utilizaron electrodos con los que
rastrearon las ondas cerebrales de guitarristas tocando a dúo. Asimismo,
observaron las diferencias de la actividad cerebral de los músicos cuando estos
estaban dirigiendo o, por el contrario, siguiendo la interpretación de su
compañero.
De esta
forma, pudieron constatar que, cuando los guitarristas tocaban a dúo, la
actividad de las ondas cerebrales de ambos músicos se sincronizaba.
Conexión
a pesar de las diferencias
Pero la
investigación de Ulman Lindenberger y sus colaboradores del Instituto Max
Planck no se detuvo con este descubrimiento. Además, los científicos, quisieron
saber qué sucedía en la actividad cerebral de los músicos cuando una pareja de
guitarristas interpreta una pieza musical con dos partes bien diferenciadas.
En concreto,
el objetivo era averiguar si la sincronización de las ondas cerebrales se
produce incluso cuando dos músicos no tocan exactamente las mismas notas.
De ser
así, este hecho resultaría incompatible con la suposición de que las
similitudes en la actividad cerebral entre dos guitarritas que tocan al unísono
es debida a la percepción de los mismos estímulos o a la ejecución de los
mismos movimientos. Además, supondría que los cerebros se sincronizan para
impulsar la coordinación de acciones conjuntas.
Para
probar su hipótesis, los científicos organizaron a 32 guitarristas
experimentados en 16 dúos. A estos músicos se les colocaron en total 64
electrodos en la cabeza, lo que permitió registrar la actividad de sus ondas
cerebrales en diferentes regiones del cerebro. Después, a los participantes se
les pidió que tocaran 60 veces la misma secuencia de una sonata de Christian
Gottlieb Scheidler.
Pero, en
estas interpretaciones, a ambos miembros de cada dúo se les asignaron tareas
ligeramente distintas: por un lado tenían que tocar a dos voces, y por otro a
uno de cada dos se le asignó un papel de liderazgo, para asegurar que ambos
comenzaran al mismo tiempo y mantuviesen el mismo tempo.
La
diferencia entre el director y el seguidor de cada dúo se reflejó en la
actividad eléctrica captada por los electrodos: "En el intérprete que
tomaba la iniciativa, la sincronización de las ondas cerebrales medidas con un
solo electrodo resultó más fuerte, y estaba presente antes de que el dúo
comenzara a tocar", afirma Johanna Sänger, primera autora del estudio.
Esto se
produjo especialmente en las ondas delta, que se
encuentran en una gama de frecuencias inferior a cuatro hercios. Este hecho
“podría reflejar la decisión del intérprete director de empezar a tocar”, cree
Sänger.
Coordinación
cerebral en otras actividades
Los
científicos también analizaron la coherencia entre las señales registradas por
los diferentes electrodos conectados a la cabeza de los intérpretes de cada
dúo. El resultado fue sorprendente: cuando los músicos tenían que coordinar
activamente su interpretación, lo que sucede sobre todo al comienzo de una
secuencia, las señales recogidas por los electrodos frontal y central se
sincronizaban claramente.
Sanger
explica que cuando coordinamos acciones con otras personas se forman “pequeñas
redes (neuronales) en el cerebro y entre los cerebros, especialmente cuando
estas actividades precisan una alineación temporal, como sucede al interpretar
una pieza de música”.
Los datos
obtenidos indican, por tanto, que las redes intercerebrales conectan áreas de
ambos cerebros, unas regiones que previamente ya habían sido relacionadas con
la cognición social y con la producción musical.
Los
investigadores creen que la activación de estas redes intercerebrales se
produciría no solo cuando se interpreta música. Según Sänger “pensamos que las
ondas cerebrales de personas diferentes también se sincronizan cuando estas
realizan de manera coordinada otro tipo de acciones, como algún deporte o
durante la comunicación”.
¿Qué
sucede en la interacción social?
Si
tenemos en cuenta otro estudio, realizado en 2010
por científicos de varios centros de investigación franceses y publicado por la
revista PlosOne, Sänger estaría en lo cierto, al menos en lo que a
interacción social se refiere.
Esta
investigación previa, realizada con 18 participantes que fueron organizados por
parejas, fue realizada con tecnología EEG (electroencefalograma) dual y con
vídeo, y consistió en registrar la actividad cerebral de los voluntarios
mientras estos imitaban los movimientos de mano de sus compañeros.
Los
resultados del análisis de los datos obtenidos en este otro caso revelaron que
dichas imitaciones se correspondieron con la emergencia de una red
intercerebral de sincronización en la gama de unas ondas cerebrales similares a
las alfa, las llamadas ondas “mu” (que han sido
observadas sobre la corteza motora del cerebro, y se atenúan con el movimiento
e incluso con la intención de moverse).
La red
intercerebral apareció en las regiones centroparietales derechas del cerebro,
de las que se ha sugerido que juegan un papel clave en la interacción social.
En este caso, afirman los científicos, las ondas mu actuaron simétricamente
como centros funcionales clave de la red cerebral interindividual.
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